Con el comienzo de la temporada estival, se produce un aumento de los factores de riesgos laborales debido a las condiciones climatológicas, en todas aquellas actividades profesionales en las que se produce una exposición al sol prologada por trabajos a la intemperie. Es por ello que se hace muy necesario adoptar las medidas preventivas óptimas, que permitan reducir el impacto que las altas temperaturas tienen sobre la salud.
Entre las acciones a llevar a cabo, podemos recomendar, además de los equipos de protección individual propios de cada actividad, el uso frecuente de crema protectora de factor alto, que deberá aplicarse en todas aquellas zonas corporales expuestas al sol. También, será recomendable disponer de gafas con suficiente protección para que los rayos solares no dañen la vista del trabajador.
Por otro lado, será conveniente también, la ingesta de líquidos de manera frecuente (agua y bebidas ricas en sales minerales), con el fin de evitar la deshidratación. Además, se recomienda la reducción de la jornada laboral, los descansos frecuentes a la sombra y el adelanto de la hora de inicio, aprovechando la luz solar y evitando aquellas horas de mayor presión térmica.
Con la adopción de las citadas medidas preventivas podremos reducir los niveles de riesgo propios de la exposición a temperaturas elevadas y trabaremos de forma segura.